Sabemos que nuestro Juan María Gutiérrez, decimos nuestro porque la Biblioteca del Congreso tiene su epistolario y biblioteca personal que fue comprada a sus herederos y que su compra formó parte de un debate en la cámara.
Gutiérrez formó parte de la generación que quería e hizo todo para redactar una Constitución para nuestro país, además sabemos que la generación del salón literario de 1837 se aunó a la librería de Marcos Sastre. Sin embargo, debemos decir que el germen de estas reuniones fueron los grupos universitarios a los que él perteneció.
Por un lado señalamos a aquellos que se juntaban para la lectura de un texto de Pardessus de derecho comercias y cuyos integrantes fueron: Eduardo Acevedo, Carlos Tejedor, Enrique de la Fuente, Mariano Sarratea y Miguel Estévez Saguí. Por otro lado estaba Alberdi, Vicente Fidel López, Miguel Cané, Frías, Irigoyen, Thompson y Obligado. Las reuniones se realizaban en casa de Miguel Cané.
El período en que Balcarce reemplazó a Rosas en el gobierno, fue más relajado, ambos grupos se juntaron, se reunieron en casa de los hermanos Rodríguez Peña bajo el nombre de Sociedad de Estímulo y Estudio. Más tarde, Vicente Fidel López y Estévez Saguí alquilaron una sala en la calle Venezuela entre Defensa y Bolívar. Nombraron autoridades y tenían reglamento. Pero en 1835 asume nuevamente Rosas con la suma del poder público sumado a las discrepancias que surgieron en el grupo, se disolvió la asociación. Pero los jóvenes se seguían reuniendo para comentar las revistas que Santiago Viola traía de Gran Bretaña y Francia.
Debemos destacar que para estos jóvenes la civilización y el saber provenían de Europa pero no de España, a la que consideraban culpable de nuestro retraso. La gran influencia era la francesa y la británica. A pesar de ser nacionalistas su tendencia era sumamente europeizante. Luego Sarmiento dejaría de lado a Europa y se volcaría hacia Estados Unidos. A la que consideraba verdadero ejemplo de democracia.
Es el tiempo que Alberdi toma contacto con Gutiérrez y Echeverría, que Según Alberdi “ejercieron un profesorado indirecto” en él. Ellos se complementaban, Gutiérrez y Echeverría totalmente educados en Víctor Hugo, Lamartine y Byron, los eclécticos y el espiritualismo aleman, y Alberdi que aportó las materias filosóficas y sociales.
Había muchas voluntades dispersas, para aunar y así surge la figura de Marcos Sastre. Quien se propuso organizar en su librería un “club de discusión, de conversación y de lectura”.
Marcos Sastre nació en Montevideo en 1808, estudió en la Universidad de Córdoba pero no se recibió, de vuelta en Montevideo ocupó cargos administrativos y por problemas políticos vino a Buenos Aires y se instaló definitivamente. En 1833 abrió una librería en Reconquista 54. La nueva Librería pronto se identificó con el nombre de su dueño. Sastre quería reunir allí además de libros “toda especie de objetos que tengan relación con las ciencias y las artes”, así pasó a ser la librería de Sastre. Fue tan importante que su sello o cedulilla garantizaba el buen origen de los textos. Luego en 1835 la librería se mudó a Reconquista 72 con el nombre de Librería Argentina. Fue tan innovadora que abrió al público un gabinete de lectura que puso a disposición una suscripción pública de un millar de obras selectas. Luego pasó a la calle Victoria. Más tarde se fusionó con la librería de Teófilo Duportail y dio origen a la primera biblioteca circulante mediante un abono mensual. Publicitando obras con la consigna: “como la comodidad de leerlas en casa”.
Una vez finalizadas la actividades del Salón y debido al problema de importar libros desde Europa, tuvo que cerrar su librería y además de ser amenazado por la Mazorca. Sastre no se fue Montevideo sino que se retiró a la cercana localidad de San Fernando, donde abrió una escuela. Allí concibió y escribió El Tempe Argentino su obra principal como naturalista autodidacta. Era un estudio más lírico que científico sobre la flora, la fauna y la geografía del Delta del Paraná, ilustrada con grabados hechos por la mano de su autor. Además de los consabidos estudios de la flora y fauna evolucionada, contenía estudios sobre los insectos, hongos y helechos de la zona, toda una novedad en su tiempo. Evocando a la región de la antigua Grecia llamada Tempe proponía ideas y sugería proyectos para el desarrollo económico del delta del Paraná. Y por supuesto lo tenemos en nuestra colección. Vicente Fidel López señala la personalidad de Marcos Sastre como “un hombre despojado de mercantilismo y un bibliófilo generoso en sus consejos”.
La Librería Argentina se transformó en un lugar de encuentro, no sólo de estudiantes sino también de personalidades de la cultura: Esteban Echeverría, Juan Bautista Alberdi, Juan María Gutiérrez, Vicente Fidel López, Domingo Faustino Sarmiento, Andrés Bello, José Mármol, en fin, una generación identificada por comunes aspiraciones. Aunque cada uno con sus particularidades y discrepancias, tengamos en cuenta que se debatían modelos de gobierno. Algunos detractores de las reuniones y de la librería acusaban a los estudiantes concurrentes de malvender sus libros.
Según Félix Weimberg : “Sastre tiene el mérito de intuir la oportunidad y de vislumbrar en la misma, la iniciación de una etapa esencial en el desarrollo argentino”. Es así que organizó la reunión del Salón Literario, tomando como antecedente aquella extinguida Asociación de Estudios históricos y Sociales de la que hemos hablado. Universitarios, y personajes se reunieron en el proyecto. No se tiene certeza de la fecha exacta del inicio pero se supone que la más cercana a la correcta seria el 18 de junio de 1837. En el Salón se remarcó la necesidad de seguir con los ideales de Mayo, la independencia debía lograrse en todos los ámbitos, sobre todo en el de la cultura, desdeñando las letras españolas y las instituciones, costumbres y la legislación que aún quedaban de la etapa colonial española. A pesar de estar unidos en una meta común, que era realizar los ideales de mayo, querían lograr la mejor forma de gobierno. Cada uno de estos hombres concebía esa forma de manera distinta. Eso retrasó la redacción de la Constitución.
Montevideo, 2 de octubre de 1808 - Buenos Aires, 15 de febrero 1887 |
Secretos en la Reservada
Idea: Silvana Castro
Guión e investigación: María Julia Rillo
Voces: Silvana Castro, María Julia Rillo y Azat Ambartsoumian
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